Deshidratada, irritada, enrojecida e hipersensible – así es cómo describiríamos la piel seca. ¿Te sientes identificada con estas características? Si es así, quizá pueda echarte una mano, veamos primero qué causa la sequedad de la piel y cómo podemos combatirla. Sigue leyendo y te diré todo lo que sé sobre cómo lidiar con este tipo de piel. ¡Vamos allá!
¿Qué causa la sequedad de la piel?
En la mayoría de los casos la sequedad de la piel es la consecuencia de exponer a nuestro cuerpo a tratamientos de belleza inadecuados. También está relacionada con la edad avanzada. Con los años, nuestra piel se va haciendo cada vez más fina y seca debido a que se deshidrata con mayor facilidad. A veces, por fluctuaciones hormonales o algunas condiciones dermatológicas (psoriasis, dermatitis atópica) esto puede agravarse.
Tipos de pieles secas
Podemos distinguir los siguientes tipos de pieles secas:
- Seca – su superficie es rugosa, mate, es fina y tirante y envejece con mayor rapidez.
- Super seca – su superficie está agrietada, tirante y se desprende con facilidad.
- Seca y sensible – fina, muy tirante e hipersensible al tacto.
- Seca y con una dermis reducida – su sequedad es debida a un número reducido de glándulas sebáceas que producen el sebo, el lubricante natural de la piel.
Causas de la piel seca
Si no bebes con regularidad y tu piel tiene una mayor dificultad para retener el agua en su interior, es fácil que se deshidrate y reseque. El término médico que recoge la incapacidad de la piel para conservar el agua se llama pérdida de agua transepidérmica, y afecta directamente contra nuestra capa protectora de la piel. Además, al intensificar el proceso de queratinización, la pérdida de agua se acelera.
¿Qué debilita las funciones protectoras de la piel?
Los factores responsables de la debilitación de las barreras protectoras de la piel son:
- Los rayos UV – influyen de forma negativa sobre nuestra barrera hidrolipídica y las enzimas que se encuentran en el espacio intercelular de la epidermis. Tomar el sol o usar cabinas de bronceado contribuyen a deshidratar nuestra piel.
- Condiciones meteorológicas – las bajas temperaturas, los vendavales, las heladas o los aires acondicionados contribuyen a que nuestra piel se deshidrate.
- Detergentes – el uso de agentes químicos contribuyen a eliminar la barrera hidrolipídica y dañan las enzimas que producen el cemento intercelular epidérmico.
- Cuidado inapropiado de la piel
- Predisposición genética
- Edad – con el paso del tiempo la piel pierde la capacidad de almacenar agua y nutrientes en su interior, es por ello que no es capaz de mantener los niveles de hidratación adecuados.
Espero que tras leer este pequeño artículo ahora seas capaz de combatir y prevenir mucho mejor la sequedad de tu piel.
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